Más importante que la victoria de esta jornada en el, hasta hoy, maldito campo del Nastic y más importante que el liderato con ocho puntos de ventaja sobre el segundo, es haber visto en Tarragona a una Cultural con una identidad y un carácter del que cualquier culturalista debe sentirse orgulloso. La afición de León no puede hacer otra cosa que creer en este equipo que se ha levantado por segunda vez de una derrota en casa con una gran victoria fuera.
Es muy pronto para ilusionarse pero es, a la vez, imposible no hacerlo. Estos chicos no nos dejan otra opción que soñar con otro mes de mayo como el de 2017. Y creer en ellos es necesario, porque, ganarán o no, pero ese espíritu que muestran cada partido representa a una afición que se merece una nueva alegría después de unos años en los que las cosas no han acabado de salir bien.
Mención a parte podemos hacer para Rául Llona. Es evidente que tiene un plan. Y es evidente que haremos mal en no unirnos a él.